Ante la pregunta “¿Cómo no me lo ha dicho antes?”, es importante que comprendamos que quizás sólo al tener acceso a información (internet, medios de comunicación, sesiones de educación sexual en el centro escolar…) puedan empezar a identificar lo que les pasa y a ponerle palabras.
Saber que les vamos a dar todo nuestro cariño y que vamos a acompañarles lo mejor que en cada momento vayamos siendo capaces.
Por un lado nuestro apoyo incondicional, y por otro su paciencia para aceptar que puede que tengamos dificultades, que nos equivoquemos al usar el género gramatical correcto y que nos cueste hacernos a la idea.
En la búsqueda de información, en ponerse en contacto con otros chicos y chicas transexuales, en comunicarlo a la familia extensa y al centro escolar, en los trámites para cambiar su nombre si lo necesita, en caso de que demande atención médica para intervenir sobre los cambios corporales de la pubertad…
Hoy en día contamos con recursos médicos para bloquear la secreción de hormonas por parte de las propias gónadas que desarrollarían caracteres sexuales no deseados, y para suministrar de manera exógena las hormonas que las propias gónadas no secretan. Esto posibilitará un desarrollo de caracteres sexuales que se viva más acorde al propio sexo.
Habrá quien decida optar por la hormonación, lo mismo que con más edad habrá quienes decidan realizar algún tipo de cirugía, así como ambas opciones o ninguna de ellas. Ninguna opción es mejor que otra. La mejor opción será la que vaya decidiendo cada persona según sus necesidades.
Tanto la vivencia del propio cuerpo y de los placeres, como las atracciones, ligues y amores van a ser de una gran importancia en las vidas adolescentes.
La propia experiencia personal adquirida con el tiempo la que posibilitará gestionar mejor la propia erótica.
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