Para poder acompañar a estas niñas y a estos niños, y especialmente cuando se está dando el proceso de tránsito, es fundamental establecer un plan integral de formación que abarque a toda la comunidad educativa. Este plan incluiría, por un lado, sesiones de formación específica sobre transexualidad en la infancia tanto para el profesorado y el personal administrativo y de servicios del centro, como para el conjunto de madres y padres. Y, por otro, intervención pedagógica en el aula que posibilite en el alumnado el conocimiento y la promoción de la diversidad sexual, presentando la transexualidad como un hecho de diversidad más.
Además, el profesorado tutor del menor puede que necesite asesoramiento especializado ante las necesidades o dificultades que vayan surgiendo.
La formación y asesoramiento debería ser proporcionada por profesionales de la sexología con conocimiento específico de la realidad de la transexualidad en la infancia, coordinados con los responsables educativos y familiares del niño o de la niña, y adecuándose siempre a las necesidades de la singularidad de cada caso.
Por supuesto, contar en el sistema educativo con un protocolo oficial para todos los centros escolares, donde todas estas cuestiones queden recogidas, y con financiación pública para llevar a cabo el plan de formación, garantizaría las condiciones para que el ámbito escolar sea un lugar seguro para estas estas niñas y niños en el que se respetase su derecho a crecer y desarrollarse.