La socialización del tránsito
Una vez que aceptamos la situación de transexualidad de nuestra hija o hijo comenzamos a socializar nuestra realidad
A medida que se acepta la realidad y se comienza a transitar ese progresivo cambio de mirada, la familia empieza a compartir con la familia extensa y con el entorno (amistades, barrio, escuela…) lo que está sucediendo, invirtiendo un gran esfuerzo en una labor pedagógica de transmitir conocimientos.
Esta labor, que por momentos puede resultar agotadora, es también una de las herramientas que posibilita a la familia afianzar su tránsito: recopilan información para poder explicar la situación, se forman… y muchas veces estas madres y padres se convierten en verdaderos expertos en cuestiones de identidad sexual y transexualidad. De hecho, se van a encontrar con profesionales de distintos ámbitos (pediatría, educación, psicología, trabajo social, etc.) desconocedores de esta realidad, a quienes van a tener que informar, les van a dar recursos, referencias…
Por supuesto el ritmo y la manera sobre cómo ir socializando nuestra realidad tendrá que tener muy en cuenta las necesidades y la vivencia de cada niño o niña.
“Le preguntamos si quería que les contásemos a sus amigos que era un niño y no una niña. Nos dijo que no. Estaba muy agobiado y nos dijo que en casa era chico pero que en la calle no era nada, ni chica ni chico. Lo respetamos. Es muy duro escuchar a tu hijo, decir que prefiere ser nada antes que decir en la calle que es una chica. Y creo que es muy significativo, que él prefiera que le vean como nada, antes de que le vean como chica, ya que aún no se atrevía a contar su verdad por miedo al rechazo. La carga de no poder ser quien eres, cuando aún estás forjando tu propia personalidad, es una carga demasiado grande.”