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Terminología sobre transexualidad

Glosario básico y terminología para comprender la transexualidad infantil y juvenil

Caracteres sexuales (o sexuados)

Caracteres o rasgos que se dan más frecuentemente en un sexo que en otro. Que se den más frecuentemente no significa que se den siempre. De hecho, significa justamente lo contrario: que no se dan siempre.

Caracteres sexuales primarios

Caracteres o rasgos que se sexúan antes del nacimiento: cromosomas, gónadas, genitales…

Caracteres sexuales secundarios

Caracteres o rasgos sexuales que se desarrollan en la pubertad: vello facial, timbre de la voz, desarrollo de la musculatura, distribución de la grasa, desarrollo de las glándulas mamarias, inicio de la eyaculación, inicio de la menstruación…

Cisexual

Adjetivo usado para señalar el hecho de que el sexo de una persona coincide con el que se le supuso al nacer.

Cisexualidad

Condición de aquellas personas a quienes al nacer, tras la observación de sus genitales, se les supuso correctamente su sexo. Es decir, mujeres que nacieron con vulva y hombres que nacieron con pene.

Femenino

Que se da más frecuentemente en las mujeres que en los hombres.

Que se de más frecuentemente no significa que se de siempre. De hecho, significa justamente lo contrario: que no se da siempre.
Femenino no significa “lo de mujer”, ni “lo de las mujeres”, ni “lo propio de las mujeres”, ni “lo que te hace mujer”.

Género

Conjunto de roles, comportamientos, actitudes actividades, atributos y otras características diferenciadas que cada sociedad asigna y asocia a hombres y a mujeres, y considera como apropiados y esperables para uno u otro sexo. Expectativas e imposiciones sociales por ser de uno u otro sexo.

Este término se usa en algunos ámbitos como sinónimo de “sexo” (por influencia de los países anglosajones), pero este uso lleva a confundir lo que se es (la identidad sexual) con las imposiciones sobre cómo se debe ser (las imposiciones de género)

Identidad sexual

Vivencia que cada cual tiene por autopercibirse y sentirse de uno o de otro sexo. Se refiere a la peculiar manera de ser hombre o mujer.

La identidad sexual se va a ir desarrollando y evolucionando a lo largo de toda la vida sobre la autopercepción como hombre o mujer (que, por lo que vamos conociendo, es inmutable) y en diálogo con la mirada de los demás y el contexto social (muy especialmente con las imposiciones de género).

Intersexual

Que tiene rasgos femeninos y masculinos.

Si bien todos las personas son intersexuales, puesto que se sexúan tanto en masculino como en femenino, este término se usa en algunos ámbitos, por reducción, para referirse a personas en las que se ha dado un desarrollo atípico de la diferenciación sexual, especialmente cuando éste se ha dado en genitales o gónadas.

Intersexualidad

Noción y teoría que explica que todos los sujetos sexuados se sexúan en masculino y en femenino y que, por lo tanto, tienen tanto rasgos femeninos como masculinos.

La intersexualidad posibilita comprender y explicar todos los hechos de diversidad sexual.

Si bien es un hecho universal, se usa en algunos ámbitos también, por reducción, para referirse a desarrollos atípicos de la diferenciación sexual (cuando la morfología genital difiere de la mayoritaria, cuando los cromosomas son diferentes a los típicos XX o XY, cuando la sexuación cromosómica se da en una dirección y la de los genitales externos en otra, etc).

Masculino

Que se da más frecuentemente en los hombres que en las mujeres.

Que se de más frecuentemente no significa que se de siempre. De hecho, significa justamente lo contrario: que no se da siempre. Por lo tanto, masculino no significa “lo de hombre”, ni “lo de los hombres”, ni “lo propio de los hombres”, ni “lo que te hace hombre”.

Proceso de sexuación

El proceso de sexuación es el proceso de diferenciación sexual por el cual nos vamos haciendo hombres y mujeres, en masculino y en femenino, siendo que todas y todos nos sexúamos en las dos direcciones, eso si, en cada rasgo con diferente intensidad y medida.

Sexo

Hace referencia al hecho de ser hombres y mujeres, o mejor dicho, al hecho de ir haciéndonos hombres y mujeres (proceso de sexuación) a lo largo de toda la vida, todas y todos, con rasgos de ambos sexos.

Este término se suele usar también para referirse a los órganos genitales o a las prácticas realizadas con éstos, pero estas acepciones llevan a confundir lo que se es, con lo que se tiene o con lo que se hace.

Sexual

Que hace referencia al sexo, a los sexos, al hecho de ser hombres y mujeres.

Este término se suele usar también como sinónimo de genital (“órgano sexual”), de excitativo u orgásmico (“respuesta sexual”), de copulativo (“relación sexual”)… pero estas acepciones llevan a confundir lo que se es, con lo que se tiene o con lo que se hace.

Transexual

Adjetivo usado para señalar el hecho de que el sexo de una persona no coincide con el que se le supuso al nacer.

Se desaconseja el uso de este término como sustantivo (p.ej: “los transexuales”) puesto que lleva a que no veamos a los sujetos de los que estamos hablando, sino sólo una de sus características, sustituyendo el todo por una parte y haciendo que sea la transexualidad lo que les defina.

Creemos que conviene ser precavido también con su uso como adjetivo puesto que puede fácilmente convertirse en una etiqueta diagnóstica.
Además, refiriéndonos a la infancia, en la mayoría de los casos, las niñas y los niños no necesitan dicha etiqueta, e incluso les puede suponer un obstáculo en su desarrollo.

Nuestras hijas e hijos más pequeños nunca dicen “Mamá, soy transexual”. Lo que dicen es “Mamá, no soy una niña, soy un niño” (o al revés). Otra cuestión será en la adolescencia o en la edad adulta, cuando “transexual” o “trans” les sirva como etiqueta política para hacerse un lugar en el mundo o como herramienta de reivindicación y de lucha.

Transexualidad

Condición de aquellas personas a quienes al nacer, tras la observación de sus genitales, se les supuso un sexo equivocado. Es decir, mujeres que nacieron con pene y hombres que nacieron con vulva.

Si bien surgen dudas sobre lo adecuado o no de este término, puesto que etimológicamente “trans” significa «más allá», «del otro lado», «a través de” y quizás no sean estos los significados que más posibilitan comprender la realidad a la que se refiere, lo usamos porque históricamente es el término que se ha venido usando para referirse a esta realidad y de momento no tenemos otro mejor.

Trans

Término usado como sinónimo de transexual.

Si bien este término puede resultar valioso como término coloquial, conlleva una grave pérdida semántica porque se queda con lo circunstancial (trans) y elimina lo importante y crucial (sex), es decir el hecho de ser chica, ser chico.

Tránsito

Proceso por el que una persona en situación de transexualidad pasa a vivir en todos los ámbitos de la vida de acuerdo a su identidad sexual.

El tránsito principalmente lo hacen los otros, y se trata, sobre todo, de un tránsito en la mirada, en la percepción que tienen los demás, para de manera progresiva ir pasando a ver el niño que es donde antes veíamos la niña que suponíamos era (o viceversa).

Hay algunos términos que se usan desde otros colectivos o en otras latitudes, y que si bien respetamos su uso y las razones que se dan para usarlos, desde nuestra asociación no los solemos usar bien porque no hacemos referencia a las realidades que señalan o bien porque creemos que no posibilitan la comprensión.

Identidad de género

Identidad de género es una expresión usada en algunos ámbitos como sinónimo de “identidad sexual”.

Si el género hace referencia al conjunto de expectativas e imposiciones sociales por razón de sexo, parece una contradicción hablar de identidad en relación a dichas imposiciones. Mi identidad, quien yo soy, está condicionada por dichas imposiciones, pero yo no soy dichas imposiciones.

Transgénero

Transgénero es un término usado en algunos ámbitos como sinónimo de “transexual”, pero que conlleva la misma contradicción que hemos planteado para la expresión identidad de género.

Hay ámbitos en los que “transgénero” se utiliza de una forma que consideramos absolutamente inadecuada, pretendiendo hacer una distinción entre personas que han realizado o desean realizar cirugías genitales (y utilizan para estos casos el término “transexual”), y personas que no desean o deciden no realizar ninguna cirugía (utilizando para estos casos el término “transgénero”), estableciendo así categorías y jerarquías inadmisibles.

Niñes

En algunos ámbitos, se ha propuesto el término “niñes”tanto como alternativa al masculino genérico (“Han venido todes”), como para referirse a quien no es ni niña ni niño.

En el caso de nuestras hijas e hijos, hablar en genérico de “niñes”, en vez de niñas y niños, invisibiliza y niega aquello por lo que cada una de nuestras hijas e hijos tanto han tenido que luchar: que se reconozca su sexo, el hecho de ser la niña que es, o el niño que es.

Además, si bien valoramos muy positivamente la búsqueda de propuestas lingüísticas que posibiliten comprender mejor la realidad, el uso de este neologismo, a día de hoy, parece que dificulta en gran medida la comunicación. Frases como la siguiente, por ejemplo, resultan de muy difícil comprensión: “Nuestres hijes necesitan ser comprendides, respetades y amades, tanto por sus hermanes, como por les abueles, les tíes, les primes y también les vecines, les maestres y les amigues, pero sobre todo por nosotres, les adres mismes.”

Otra cuestión es el uso de “niñe” como término recientemente propuesto para referirse a quien no es ni niña ni niño. A día de hoy no hay apenas conocimiento sobre esta realidad y consideramos de gran importancia avanzar en su comprensión, así como acompañarla, visibilizarla y luchar por sus derechos.

En nuestra asociación la realidad con la que trabajamos, y que conocemos, es la de quienes dicen que son niñas y quienes dicen que son niños. Si bien pueden resultar realidades cercanas, las necesidades de acompañamiento son bien distintas:

  • las niñas con pene y los niños con vulva sufren porque no se les clasifica correctamente como la niña o el niño que son, y quieren que se les clasifique sexualmente de manera correcta.
  • quienes no son ni niña ni niño sufren porque se les clasifica como niña o niño, y quieren que no se les clasifique sexualmente.

Persona no-binaria / No-binarie

Las expresiones no-binaria o no-binarie se usan para referirse a personas que no se sienten ni hombre ni mujer. Desde el respeto absoluta a la vivencia de estas personas, no usamos estas expresiones porque hablar de personas no-binarias lleva a hablar de personas binarias, y entendemos que no existe nadie binario, puesto que todas las personas, sean mujeres o sean hombres, son intersexuales, es decir, comparten rasgos de ambos sexos.

Trans*

Trans* es un término “paraguas” propuesto en algunos ámbitos para englobar múltiples realidades que tienen que ver con corporeidades y vivencias no normativas relacionadas tanto con la identidad sexual como con las maneras de vivirse y expresarse sobre las que actúan las imposiciones de género.

Incluye la transexualidad, el travestismo, los comportamientos que difieren de las imposiciones de género, los posicionamientos políticos críticos con las imposiciones de género…

Si bien en algunos contextos este término puede servir para hacer referencia a múltiples realidades e incluso así para aglutinar luchas, puede también generar dificultades a la hora de comprender las particularidades de las diferentes realidades que incluye, generando confusión y dificultando, por ejemplo, el poder acompañar las necesidades diferenciadas de realidades diferentes.

Cuando se habla de transexualidad nos encontramos con algunas expresiones que dificultan la comprensión. No nos referimos aquí a su uso cuando una persona está hablando de sí misma, puesto que la expresión de la propia vivencia nunca es cuestionable.

Nos referimos al hecho de usarlas para describir la realidad de la transexualidad o hacer referencia a ella en términos generales. Por otra parte, hemos de añadir que hay personas para quienes estas expresiones resultan ofensivas e hirientes.

«Niños (o niñas) nacidos en un cuerpo equivocado»

¿Cómo va a ser equivocado el cuerpo de alguien, su cuerpo? El cuerpo ni es ni no es equivocado. El cuerpo es. Y cada cuerpo es como es. Diverso, porque no hay dos cuerpos iguales.

Decidir qué cuerpos son buenos y cuáles no, qué cuerpos son correctos y cuáles equivocados, qué cuerpos valen y cuáles no, es algo que no tiene que ver con la observación objetiva de la realidad. Si hay algo equivocado, en todo caso, será la mirada de la sociedad, la mirada de los demás: esa mirada llena de juicios.

«Una niña con cuerpo de niño» (o al revés)

Si es una niña, su cuerpo es el de una niña, el de esta niña: por lo tanto, su cuerpo es un cuerpo de niña. Es una niña que tiene pene (como la mayoría de los niños).
Y su pene será un pene de niña. Porque es el pene de una niña.

«Un niño que se siente niña» (o al revés)

Si se siente niña, si se sabe niña, no es un niño sino una niña. En esa expresión se da carta de naturaleza a la suposición que hace quien habla y, al tiempo, se relativiza, se pone en entredicho, se desconsidera y se menosprecia la identidad propia expresada.

«Un niño que quiere ser niña» (o al revés)

Ser niña o niño no es una cuestión de voluntad, no se elige. No es “lo que quiero ser”, sino “lo que soy”. En todo caso, lo que estos niños y niñas quieren es que los demás les vean, que les vean como la niña o el niño que en realidad son. No es “quiero ser niño”, sino “quiero que los demás acepten que soy un niño”.

“Genitales de hombre” o “Genitales de mujer”

Una vulva será de mujer si pertenece a una mujer, y será de hombre si pertenece a un hombre.

«Sexo biológico»

A veces se usa la expresión “sexo biológico” para referirse a los genitales, y en ocasiones también a los cromosomas o a niveles hormonales.

Pero esa expresión mezcla diferentes sexuaciones sin tener en cuenta que, por ejemplo, hay mujeres que tienen cromosomas XY y que tienen vulva, o mujeres con cromosomas XX y niveles de testosterona mayores que la media de los hombres… De hecho, hablar de “sexo biológico”, “sexo psicológico”, etc. no genera más que confusión.

Lo que observamos son diferentes rasgos que se van sexuando en una y en otra dirección, en masculino y en femenino. Mejor haríamos en hablar de sexuación cromosómica, sexuación gonadal, sexuación genital, etc. Y si hablamos de “el sexo”, sólo tendrá sentido hacer referencia al sujeto en sí, y no a partes o porciones del mismo.

“Cambio de sexo”

La expresión “cambio de sexo” que se suele usar para referirse a las intervenciones quirúrgicas de modificación genital, es del todo incorrecta.

Se puede cambiar la morfología de los genitales, pero el hecho de que alguien sea un hombre o sea una mujer, eso no se puede cambiar. Y mucho menos operar. Como podemos observar, una y otra vez se confunde el sexo con los genitales. Esos genitales que una y otra vez no nos dejan ver el sexo.

Las personas transexuales no cambian de sexo. No cambian su propia categoría sexual; lo que cambian (o, al menos, lo pretenden) es la categoría sexual que los demás les asignan.

“Hombres, mujeres y transexuales” o “El tercer sexo”

Las mujeres transexuales son mujeres y los hombres transexuales son hombres. No son otra cosa. Hablar en esos términos niega su identidad y afianza aquello que les aboca al sufrimiento: que no sea reconocido que “soy el hombre que soy”, que “soy la mujer que soy”.

Queremos mencionar dos términos de uso muy habitual y que consideramos dificultan en gran medida la comprensión de la realidad, puesto que son dispositivos moralizantes que establecen lo que está bien y lo que está mal, lo que debe ser y lo que no debe ser.

Normal

Cuando hablamos de lo que es normal o de si algo es normal caemos en una trampa muy peligrosa puesto que, casi sin darnos cuenta, pasamos de la normalidad de la distribución estadística, a la normalidad de la norma moral. Es decir, de lo que suele ser más habitual a lo que debe ser.

Por lo tanto, generamos un discurso en el que todos aquellos fenómenos que son minoritarios, no deben ser. Y esto lleva a intentar ajustar todo para que entre en la norma, para que sea normal. Hagámonos cargo de que si hablamos de lo normal, entonces damos por bueno que existe lo anormal. Es más, que todo lo que no es normal, es anormal.

Natural

De igual manera que con “normal”, se suele hablar de lo natural, entendido como lo que es porque debe ser así, porque sigue las reglas de la naturaleza. Y es curioso, porque la naturaleza lo que hace una y otra vez es generar diversidad.

En ocasiones también se usa la expresión lo natural en contraposición a lo cultural, y tendríamos que preguntarnos si en el sujeto humano se puede separar lo natural de lo cultural.

La expresión “niñas con pene y niños con vulva” es quizás la expresión que mejor describe esta realidad.

Es una formulación objetiva y fácilmente comprensible, que lleva a mirar la realidad directamente, sin juzgarla ni etiquetarla. Poniendo al sujeto y su identidad en el centro “hay niñas y niños”, y el hecho de tener pene o vulva como una de sus características.

Esta sencilla y potente expresión además hace caer muchas de nuestras estructuras mentales. Y en el necesario camino de desgenitalizar la identidad, posibilita dar el primer paso que va a ser explicitar que una cosa son los genitales y otra la identidad.

Seamos conscientes de la importancia de las palabras y de cómo pequeños matices pueden suponer mucho. Observemos, por ejemplo, estas frases:

“Es una niña aunque tenga pene” o “Tiene pene, pero es una niña”.

Ambas afirmaciones ponen una pega, contraponen niña y pene, señalan (sin explicitarlo) el pene, como algo que no cuadra, que no debería estar. En realidad estas expresiones no terminan de aceptar (ni de comprender) esta realidad.

Qué diferente es decir:

“Es una niña y tiene pene”

afirmación que describe la realidad tal como es y, además, afirma y reafirma esta realidad. Cuánta diferencia hay entre la concesión o contraposición que expresan un “pero” o un “aunque”, y la afirmación que expresa un “y”.

O pensemos en la siguiente frase:

“Es un niño sin pene”

Esta afirmación señala una falta, falta que no está en la realidad sino en la mirada, en lo que se espera.

Qué diferente decir:

“Es un niño con vulva”

afirmación que recoge la realidad tal como es y además la pone en valor. Cuánta diferencia entre la carencia de un “sin” y la afirmación de un “con”.